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Presentación

La Academia Peruana de Psicología reúne como miembros ordinarios a psicólogos que han obtenido el grado académico de doctor, asimismo, integra a destacados profesionales de otras ciencias afines como miembros honorarios. 

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La tarea principal de la Academia es contribuir a mejorar la calidad académica de los egresados de nuestra especialidad, pero también la de otros egresados de especialidades afines, en tanto es preocupante la situación en que se encuentran muchas de nuestras instituciones que prestan servicios de salud, educación, justicia, seguridad, administración pública.   Aparte de la ausencia del estado, el deterioro de muchas de estas instituciones se debe a la precariedad académica de sus miembros; sobre todo en su formación humanística, tan necesaria para quienes trabajamos ofreciendo nuestros servicios a la comunidad.              

Esta formación humanística se funda esencialmente en supuestos teóricos con respecto a la condición humana, los mismos que debiera aportar la psicología. Sin embargo, en muchos casos este aporte ha sido relativo e insuficiente, no sólo por la complejidad del estudio, sino por lo dificultoso que es hacerla de conocimiento de otros profesionales.

Esta carencia ha dado lugar a que muchos profesionales obtengan estas nociones humanísticas de un modo intuitivo, prejuicioso y supersticioso, deteriorando de este modo- su ya precaria formación académica. Esto explicaría la ineficiencia de los servicios que prestan y la corrupción que involucra a muchos sectores de tales instituciones. Los miembros de la Academia Peruana de Psicología estamos convencidos que es posible mejorar la formación académica de estos profesionales; por tanto, nuestra página se orienta en esa dirección. Consideramos que es necesario fortalecer o recuperar la institucionalidad académica de los centros de formación profesional, y son sus propios miembros los que deben tomar iniciativa.                

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Desde luego, muchas de estas instituciones o son demasiado nuevas e incurren en una serie interminable de improvisaciones o son demasiado antiguas que no pueden ocultar su decrepitud académico profesional, existiendo muy pocas instituciones equilibradas que cumplen con el noble propósito de educar a sus egresados con la solidez que nuestras instituciones lo requieren.               

 

Por eso, estimamos que la acreditación académica de las instituciones superiores de educación no sólo es necesaria sino de suma urgencia; la disposición para implementarla o la ausencia de ella puede indicarnos el estado en el que se encuentran. Desde luego, los indicadores deben establecerse de acuerdo a las exigencias que se requieren y no consensuadas por los interesados.              

 

La formación humanística que propone la academia se encuentra lejos de los dogmatismos, fanatismos y adoctrinamientos que la han caricaturizado por décadas. Estimamos que es importante implementar una formación que está más acorde con los tiempos y que se haga uso de las múltiples herramientas intelectuales que se encuentran actualmente disponibles, lamentablemente postergadas por las deficiencias ya señaladas.              

 

En última instancia tendremos que recurrir al recurso de la formación autodidacta, que es otra de las propuestas de la academia y que es motivo de la presente página.

 

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